Cuando la ULPGC nos escucha, las cosas mejoran

La Secretaría General de la ULPGC ha comunicado que ya esta disponible "un nuevo método de búsqueda de los reglamentos de la ULPGC a través de temas o palabras clave"

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De forma que, por fin, han atendido una sugerencia que el Comité de Empresa del PDIL les hizo llegar ¡hace casi dos años! Para ser exactos, el 6 de febrero de 2014. Algo que nos hace recordar el viejo refrán de que nunca es tarde si la dicha es buena.

Evidentemente, el nuevo método de búsqueda implementado por la Secretaría General contribuye a facilitar el acceso a la información legal de nuestra universidad, permitiendo un mejor conocimiento de la misma y una manera más fácil y rápida de consulta. Por lo que felicitamos a las responsables de este órgano por ponerlo en marcha.

En los últimos meses estamos comprobando que muchas de las mejoras en nuestro funcionamiento, cuando finalmente se ponen en marcha, responden a iniciativas o propuestas de la representación sindical del profesorado. En la mayoría de las ocasiones aplicadas con mucho retraso sobre lo que sería deseable y, también, con demasiada frecuencia a costa de presiones e insistencia por nuestra parte. 

No es necesario hacer un repaso detallado de estas situaciones porque ya son bastante conocidas, pero seguimos sin percibir ningún cambio de actitud en el equipo de dirección de nuestra universidad. De forma que su sensibilidad ante los problemas del profesorado sigue siendo inexistente, y solamente analizan nuestras propuestas o soluciones cuando insistimos o cuando lo denunciamos judicialmente. 

Esta dinámica de insensibilidad o retraso en la percepción de los problemas del PDI van a provocar que 2016 lamentablemente sea un año salpicado por procesos judiciales de todo tipo contra la ULPGC, exigiendo el reconocimiento de derechos amparados legalmente por las leyes y que la universidad se niega a reconocer.

Desde CCOO nos gustaría que esa situación indeseable no se produzca y que el Vicerrectorado de Profesorado entienda que debe respetar las leyes y aceptar un marco de consenso y negociación, de forma que se evite la crispación, el descontento y desánimo que se ha ido extendiendo en nuestra plantilla durante los últimos años.